Título: La casa de las bellas durmientes
Autor: Yasunari Kawabata
Editorial: Planeta
Págs: 112
Este mes en el club de lectura en el que participo propusieron para el mes de julio leer
La casa de las bellas durmientes, novela publicada en 1961, escrita por Yasunari Kawabata. A pesar de ser un premio nobel, yo no había leído nada de este autor, y preciso más, nada de literatura japonesa, este libro y este autor han sido mi primer acercamiento a dicha literatura y como desconocedora de esta cultura, seguro hay matices a lo largo de sus páginas que a mí no me han llegado.
Tengo que decir que cuando leí la sinopsis me pareció
un tema un tanto escabroso, incómodo y no acabó de convencerme, pero para mí participar en un club de lectura es precisamente
descubrir autores y géneros, lecturas que sé que seguramente no caerían en mis manos de no ser por el club.
Eguchi, un hombre de 67 años siguiendo la recomendación de un amigo, acude a una casa extraña, podríamos considerarlo ¨un burdel¨ exclusivo para hombres, todos ancianos donde pagan para poder pasar la noche con mujeres desnudas muy jóvenes dormidas químicamente gracias a un poderoso narcótico. Existen unas normas, pueden examinar y explorar sus cuerpos, contemplar su belleza y juventud, pero no intentar despertarlas, ni tener sexo con ellas.
Cada olor, cada movimiento ejercido por estas bellas durmientes le despierta recuerdos de las mujeres que de alguna manera han formado parte de su vida, madre, esposa, hijas, amantes, y reflexiona sobre el curso inexorable de la vejez.
Ni que decir tiene que la historia es peculiar, desde el punto de vista occidental nos puede resultar hasta una perversión esta casa y a mí particularmente me ha resultado un tanto desagradable. Pero más allá del tema que puede efectivamente resultar perturbador,
la escritura es sencilla y elegante, con un tono lírico, un texto impregnado de erotismo, pero un erotismo desprovisto de cualquier obscenidad, así como
las descripciones que hace de cada visita a este lugar, de los cuerpos de las jóvenes, de los olores, de los sonidos siempre presentes de las olas, del viento, de las hojas al caer. Sonidos unas veces más tranquilos y otras más agresivos, asociados a sus emociones. Estas descripciones
dotan a la lectura de una gran belleza.
El sonido de las olas que se acrecienta cuando parece ver una sonrisa en los labios de una de las chicas y que se suaviza cuando le coge de la mano y nota su pulso tranquilo y regular.
Muchas preguntas surgen a lo largo de esta lectura, ¿saben las jóvenes a lo que se exponen?, ¿consienten que se las duerman?, ¿qué esperan estos ancianos de estas visitas a esta casa?...
Varios aspectos del libro que no me han gustado: Por un lado el retrato de la vejez que se da durante toda la lectura, relacionando la vejez con la fealdad, dando excesiva importancia al hecho de que no puedan ser activos sexualmente, como si eso fuera todo...una actitud pesimista sobre esta etapa de la vida.
Otra de las cuestiones que me ha disgustado es la fría indiferencia con la que se trata la muerte, en concreto hay un episodio donde se pone en evidencia lo que digo quedando de manifiesto además la insensibilidad con estas jóvenes.
¿Un poco aburrido? puede ser, la verdad que no sucede mucho en las 100 páginas del libro, un sólo escenario, pocos personajes y apenas diálogos. ¿Inquietante? sin duda, unas jovencitas sumergidas en un sueño artificial y completamente entregadas a la voluntad de estos hombres, la verdad que es un tanto molesto, difícil leerlo sin sentirse algo perturbada, pero aún así, sólo por
las bellas descripciones que hace de todo lo que le rodea merece la pena leerlo.
Una novela para leer entre líneas, lenta, turbadora. Un libro corto, pero del que te puedes pasar horas y horas hablando por todo lo que hay detrás. Una lectura fascinante y a la vez irritante, fascinante por la escritura de Kawabata e irritante por el tema.
Yasunari Kawabata
Premio Nobel 1968
Nació en Osaka, Japón en 1899, en una familia próspera y culta. Huérfano a los tres años, fue criado por sus abuelos paternos, insomne perpetuo, cineasta en su juventud, lector voraz tanto de los clásicos como de las vanguardias europeas, fue un solitario empedernido. Escribió más de doce mil páginas de novelas, cuentos y artículos, y es uno de los escritores japoneses más populares dentro y fuera de su país.
Mantuvo una profunda amistad con el escritor Yukio Mishima, del que fue su mentor y difusor. Recibió el Premio Nobel de Literatura en el 1968. Entre sus obras, muchas de ellas marcadas por la soledad y el erotismo, destacan La bailarina de Izu, El maestro de Go, Lo bello y lo triste, Mil grullas, País de nieve, El rumor de la montaña e Historias de la palma de la mano. Kawabata se suicidó a los setenta y dos años.
¿Habéis leído este libro?, ¿Conocíais al autor?.
Bueno ya me contaréis, como siempre gracias por leerme y por vuestros comentarios.